¡Guau! ¡Está guapísima desnuda!
Por mucho que un hombre haga el amor a lo largo de su vida, nunca se cansará de ver a una mujer saliendo de la ducha o desabrochándose la falda. Es algo que pone en marcha un sensor situado en la misma parte del cerebro que le hace reaccionar ante una cerveza fría y una entrada para la final de la Copa: el incontenible nervio de la euforia. Y, en contra de la creencia popular, los hombres no sólo se derriten ante las supermodelos: "somos bastantes más compresivos respecto a los cuerpos femeninos que algunas mujeres".
Por tanto, olvídate de tus complejos físicos, relájate y recuerda que, una vez que te has quitado la ropa, te conviertes en un caramelo irresistible para el tipo que te mira desde el otro lado de la habitación. “No hay nada tan excitante como ver a una mujer quitándose la ropa –reconoce Daniel, de 26 años-. Es como si descubrieras los secretos del universo, y en ese momento te sientes lleno de emoción y respeto”.
2. Espero dar la talla y /o mantener la erección el tiempo suficiente
Tamaño, fuerza y duración parecen ser las cualidades que los hombres buscan al comprar un coche, pero también son las grandes preocupaciones respecto a su dotación íntima. Probablemente la razón está en que, en el privadísimo mundo de los vestuarios masculinos, la manifestación de la masculinidad de un individuo es igual al paquete que guarda en sus calzoncillos. Puesto que la erección es un requisito indispensable para entar en acción, sobre el pene recae una presión desproporcionada. Cualquier cosa que falle en tu chico puede interpretarse psicológicamente como un fallo de su masculinidad. “El pene es demasiado impredecible… -se queja Francisco, de 31 años-. A veces, me pongo tan nervioso cuando llega el momento que me cuesta mantener la erección. Y, como todo el mundo sabe, si es malo encontrarte a media asta en el momento de la pasión, aún es peor oír las palabras: “¿Esto es todo?”. Y aunque un hombre supere el reto y se mantenga donde debe, se sigue preocupando por si su miembro está a la altura de los que ha conocido antes su pareja.
3. Espero dejarla satisfecha
Pocas situaciones pueden hacer que un individuo se sienta más inútil que cuando tiene un depósito lleno de gasolina y un coche potente, pero carece de mapa para llegar a su destino: el feliz país de la Orgasmia. Aunque haya leído sobre técnicas infalibles sabe que cada mujer es diferente y el misterio de qué debe hacer puede ponerle de los nervios. “Cuando estoy con una chica, especialmente si es la primera vez, quiero que llegue al orgasmo por varias razones: (1) quiero darle placer, (2) pienso que es mi deber y (3) me sentiría menos hombre si no lo consiguiera”, dice Antonio de 24 años. Tu pareja sabe que si te satisface la primera vez, tiene más oportunidades de compartir las sábanas contigo en las siguientes ocasiones. Así que no dudes en darle un gemido de aprobación cuando vaya por el buen camino.
4. Ojalá después no se ponga pesada
Aunque los hombres sienten un apetito insaciable por el sexo, saben bien que ninguna comida es gratis. Generalmente, hasta los mejores tratos tienen un pero, razón por la cual aunque se sienta encantado de tener sexo contigo, su mente puede estar ocupada con las visiones de las temidas consecuencias poscoitales: mimos, exigencias de exclusividad y compromiso.
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